La complicidad entre Yoyo Deville y la repostería, empezó a comienzos de los 50. Lima era una ciudad de otros ritmos y de espectaculares postres que jamás olvidaban los mejores ingredientes. El reloj fue corriendo y la enorme pasión puesta por ella en cada creación, se fue transformando en el referente limeño de los dulces finos y las Bolas de Oro. Sea en ocasiones especiales como bautizos, primeras comuniones, matrimonios y aniversarios; o simplemente en cumpleaños y reuniones familiares, en los que se desea engreír el paladar y endulzar a la nostalgia.

Poco a poco con mucho esfuerzo y dedicación, tomó clases con las mejores reposteras de la época, desempolvó viejas recetas de familia y recopiló secretos de convento para la elaboración del maná y de  aquel dulce maravilloso, la Bola de Oro. Supo apostar por la alta calidad de sus productos, creando dulces exquisitos claramente distinguibles del resto. Un compromiso de excelencia y de calidad siempre constante a pesar de las competencias industriales de consumo masivo, le han permitido trabajar hasta hoy con personalidades de primer nivel en el mundo del catering.

Sesenta años después, ésta sigue siendo una historia viva. Aquella pasión y la tradición de seis décadas dedicadas ininterrumpidamente a endulzar el alma de los limeños, continua hoy como una Dulce Herencia en manos de su hija Jacquie, tal como mañana por seguro estará en las de sus nietas y así sucesivamente por generaciones que se pasarán de madre a hija, los maravillosos secretos de la mejor repostería.

Una Dulce Herencia que se reinventa a sí misma de manera cotidiana con nuevas formas y sabores, pero sin perder de vista la razón de sus orígenes. Una tradición que lleva dos generaciones endulzando el paladar de los limeños y sobre todo, alimentando la esperanza de poder regresar siempre a esos inalterables sabores que atesoramos desde nuestra infancia.

Yoyo Deville nos muestra los Estanislaos. Dulces emblemáticos de la repostería tradicional, que lamentablemente han ido cayendo en olvido para las nuevas generaciones.